LIBRO: EL PODER DEL DISCURSO POPULISTA


A lo largo de los primeros dos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la pandemia ha llenado de enfermedad, luto y dolor a cientos de miles de hogares, la violencia y el crimen han alcanzado niveles inéditos, la economía se ha desplomado, el desempleo no cede, las empresas de todos tamaños se enfrentan a diario con nuevos obstáculos para operar y servicios públicos esenciales, como la salud y la educación, enfrentan una crisis sin precedentes. Sin embargo, lejos de generar una vigorosa demanda ciudadana por un cambio de rumbo, el presidente López Obrador mantiene niveles de popularidad que desafían toda lógica y que se manifiestan en una actitud de devoción genuina de parte de millones de personas que lo apoyan y defienden, a pesar de que sus decisiones han sido muy costosas para todos los mexicanos. Parece que AMLO goza de una reserva inagotable de esperanza y paciencia, capital que él usa para decir y hacer cosas que a ningún otro político se le permitirían.

En este libro, el consultor en comunicación y analista político Luis Antonio Espino sostiene que esa falta de congruencia entre aprobación y desempeño es consecuencia de la forma en la que el presidente López Obrador utiliza el poder del discurso populista. El autor explica cómo AMLO usa el lenguaje para controlar la percepción que los ciudadanos tienen de su persona y de sus decisiones, logrando que muchos lo evalúen no como un servidor público que tiene que dar resultados concretos, sino como un hombre providencial que está cumpliendo una misión superior: reivindicar a un "pueblo" victimizado que ha sufrido el abuso de los poderosos durante muchos años. El libro disecciona los cinco pasos que el presidente sigue a diario en sus discursos:

  • Adaptar los hechos a una narrativa demagógica, que reduce la enorme complejidad de la sociedad y sus desafíos en un relato de "buenos" ("el pueblo") luchando contra "malos" (las élites), relato que forma la base de un discurso emocional, polarizador y lleno de falacias retóricas.
  • Sustituir comunicación con propaganda, con el propósito de confundir y manipular a la sociedad y crear una realidad paralela siempre favorable a AMLO para colocar artificialmente su imagen a la altura de héroes históricos incuestionables, lo que le permite evitar la rendición de cuentas.
  • Ante las crisis, negar la realidad, minimizar la situación y eludir su responsabilidad, buscando siempre preservar su imagen como un líder irreprochable e infalible y hacer que la gente piense que sus "adversarios" son los "culpables" de todos los males del país.
  • Deslegitimar a toda fuente de conocimiento, información y crítica, con el fin de ser la única voz autorizada en el debate público, evitar la evaluación objetiva de sus resultados y remover contrapesos intelectuales al ejercicio de su poder.
  • Manipular el lenguaje para erigirse en el único poder legítimo, usando la palabra como arma para debilitar las instituciones democráticas, destruir la reputación de los opositores, centralizar el poder y convencer a la mayoría de que él es la única persona capaz de gobernar México.

Con ejemplos concretos, un marco analítico actual, explicaciones claras y abundante evidencia, Luis Antonio Espino va demostrando la forma en la que el presidente utiliza el poder del discurso para avanzar en su verdadero propósito: el cambio de régimen político para sustituir las débiles e imperfectas instituciones democráticas del país con un nuevo sistema político iliberal, nacionalista y populista bajo su mando, proceso al que él y sus seguidores llaman "la cuarta transformación".

El autor concluye que el ascenso y popularidad de Andrés Manuel López Obrador se explican por la presencia dominante en la política, los medios y los círculos de opinión mexicanos de la demagogia, una forma de argumentación y debate de los problemas públicos que, en vez de hablar de problemas y sus posibles soluciones, centra el discurso en argumentos sobre la identidad, la autenticidad y la supuesta bondad o maldad de las personas, para así encontrar y castigar de alguna manera a los "culpables" de los males del país. Por ello, dice el autor, aun suponiendo que López Obrador deje la presidencia en 2024, si el discurso y lenguaje demagógicos persistieran como forma dominante de entender y participar en la vida pública, la democracia mexicana no saldría de su actual crisis. De ahí que Espino afirme que, más allá de la figura de AMLO, "derrotar a la demagogia es el verdadero desafío histórico de nuestros tiempos". 

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Luis A. Espino
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